Propiedad Privada

"Mi Paso por los Platós"

MI PASO POR LOS PLATÓS

Después de haber pasado los castings necesarios, fuí seleccionada para participar en el programa presentado por Irma Soriano, en la 7 región de Murcia.

Todo había sucedido tan deprisa, que cuando quise darme cuenta, estaba metida de lleno en toda esta historia de la televisión, para lo cual yo no soy muy decidida; pero de alguna manera tenía que salir de todo aquel lío en el que me había metido.

Acompañada por todos aquellos que pudieron estar conmigo, me fuí hasta los estudios de 7 región de Murcia, y después de pasar una tarde llena de nervios, llegué a vivir una de las experiencias más maravillosas de toda mi vida.

Fue horrible la sensación de llegar aquella tarde al ensayo, y verme rodeada de cámaras de televisión, de gente sentada en las butacas, de gente que corría de un lado para otro contagiando aún más nervio, al nervio que yo ya traía de casa... En fin... hice aquel ensayo de la peor manera que jamás había hecho algo en mi vida. Me temblaban las piernas, los brazos, las pestañas, y hasta la voz.Se me perdía la letra, se me perdía la pista, no sabía que hacer con las manos, ni si quiera a donde mirar.

Parecía ser virgen en esto de subirme al escenario, y joder, cómo estaba doliendo aquella primera vez.

Pero por si no tenía suficiente con todo lo que estaba sintiendo, ahí estaba Juanjo (el regidor) para recordarme que no debía mirar arriba, tampoco abajo, que no me podía mover mucho para no volver locos a los cámaras, que en aquel momento lo más importante era mi imagen y que era capaz de comerme el mundo... Joder Juanjito... no sabes cuanto te agradezco todo lo que hiciste por mí.

Y cada vez se acercaba más el momento, y lo que habían sido nervios, ahora eran ganas, y lo que había sido miedo, ahora era valor.

Y de repente me encuentro delante de las cámaras, con un montón de público y.... .... ¡MIS AMIGOS! Dios mío, cuanta confianza empecé a sentir cuando les ví a todos ahí, sentados, dedicándome la mejor de sus sonrisas.

La melodía de "Y sin embargo te quiero" comenzó a sonar, mi voz resurgió de dentro de mi cuerpo, y ahora sí era yo la que cantaba, aunque con la mirada perdida en la lejanía, hallé los ojos que me hicieron sacar la fuerza que necesitaba para interpretar aquella canción: Juanjo, en frente mío, me miraba fijamente hablandome con sus ojos y haciendo que fuese más fácil mi punto de mira. Gracias, amigo, por no moverte de aquel lugar.

La satisfacción de los aplausos terminó de llenarme de orgullo cuando terminó la canción. Y no me bajé del escenario sin antes mandar ese saludo prometido. A mi gente del Spacio, los cuales habían vivido desde su pantalla gigante, la actuación , con la misma emoción que mis amigos del plató. Incluso el protagonista de mi canción, había vivido cada segundo de ella sin despegar la vista de la pantalla.

Todo pareció aún más maravilloso cuando el jurado levantó el abanico rojo, mi abanico rojo.

Y a partir de aquí ya no tengo palabras para describir el agradecimiento a todos aquellos que al día siguiente, me miraron a los ojos y sólo tuvieron palabras de grandeza hacia mi persona.

De todo corazón, mil gracias a todos.

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