"la Bañera de Hidromasaje"

LA BAÑERA DE HIDROMASAJE

No sé de que manera empezar a contar esta parte de nuestra historia que a todos nosotros nos sacó un poco de nuestro sitio.

Después de pasar una tarde entera de llamadas de teléfono, de disgustos y de discusiones, bastaron sólo unas pocas horas para que todo se fuera por el mismo sito por el que vino.

Propiedad privada se disponía a viajar hasta Ávila tres días y por supuesto no podía ser todo tan maravilloso como parecía, pues nuestro querido batería dijo solemnemente que NO; que bajo ningún concepto iría a tocar allí.

Todos embargados por la ilusión, caímos de repente en el más profundo de los agobios, pues teníamos la opción de buscar otro batería que sustituyera a Guti, pero no sería lo mismo aquella actuación sin él.

Pasada la tarde, y después de mil llamadas de teléfono, Guti accedió a acopañarnos en aquel fin de semana que sería maravilloso y a las pocas horas ya teníamos una casa rural para diez personas con una bañera de hidromasaje incluída.

Jamás había visto tanta ilusión puesta en una idea. Y todo lo que sale de Propiedad privada, se hace con la ilusión de un niño pequeño, pues somos capaces de poner el corazón en todo aquello que hagamos.

Todo fue maravilloso durante unas horas por que al día siguiente y como si se hubiese tratado de un sueño, todos despertamos en la realidad de que aquel fin de semana, se había suspendido por causas que a día de hoy, todavía desconocemos. Ya no había actuación, ya no había casa rural y tampoco bañera de hidromasaje.

Y a todos nos sentó como un jarro de agua fría. Pero en nuestro pequeño universo privado, los jarros de agua fría no hielan las ilusiones; nos sirven para coger impulso y seguir adelante con mucha más fuerza. Para llegar un poco más lejos cada día. Propiedad privada lucha día a día para llegar a ser aquello que nunca nos dejaron ser. Para que no hayan más personas que nos tengan viviendo en el engaño y llenando sus bolsillos con la ilusión de los demás. Para que la música no se convierta en una farsa de secuencias y mentiras para el espectador.

Porque aunque suene mejor o peor, la música debe sonar en directo, y el mérito está en equivocarse y saber rectificar, y el que no se equivoca nunca, es el que no hace nada, y ése no es el mérito.

Puede costarnos años, pero todos sabemos que algún día conseguiremos tener todo aquello que nos haga felices (aunque ya tenemos mucho), y ese día nos tumbaremos para descansar. Probablemente, en una bañera de hidromasaje.